miércoles, 2 de julio de 2008

Reflejos

Creo que olvidé algo
pero no sé que es.
Se nos fue el día
con la velocidad de una nube
que juega en el viento,
vi mi rostro ondular en un charco gris
y mis pasos desandaron el camino
a casa,
a ese sofá,
al café instantáneo
y la lluvia se fue y ya no quedó nada que esperar,
porque la rutina nos obligó a volvernos erráticos
a contemplar tantas ausencias.
Nos fuimos volviendo crucigramas,
objetos difusos,
trebejos en un desván,
y nos cubrió la noche de la nostalgia,
se nos llenó el corazón de oscuridad.
Muchas letras escaparon de nuestras manos,
quedamos inconclusos
y la tristeza escurrió por nuestras caras.
Esto fue lo que nos dejó la lluvia
al olvidar parte de sí,
lo que nos corresponde,
lo que siempre fuimos
sin darnos cuenta.
Todo eso que hoy
nos llena de ruina los bolsillos.

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